El Duelo

El duelo es el proceso de adaptación activo y natural que permite reorganizar el equilibrio personal y familiar roto a raíz de la pérdida de un ser querido.
Se trata de una respuesta emocional, de comportamiento y de pensamiento que desestabiliza y desorganiza temporalmente a la persona que se encuentra en situación de pérdida. Es un proceso activo de transformación que implica un desafío, el desafío de encontrar nuevos caminos para poder ajustarse a un mundo que ha cambiado para siempre.
Aunque la pérdida de un ser querido es un acontecimiento que no puede escogerse, la elaboración del duelo es un proceso de afrontamiento lleno de posibilidades. Para hablar del duelo se usan dos verbos: estar y hacer. Estar en duelo, hacer el duelo. Hacer el duelo implica que la persona se comprometa activamente en un trabajo personal.
No todos los duelos se viven del mismo modo, y cada persona lo hace a su manera. Esto depende de la forma en que el individuo se ha construido, de las dificultades que ha tenido para vivir los primeros duelos de su existencia y del vínculo que mantenía con la persona fallecida.
Lic. Aldana Di Costanzo, psicóloga especializada en duelo.
Fundadora y directora Fundación Aiken. Acompañamiento de la familia en duelo.
Grupo Jardín del Pilar
¿Cuáles suelen ser los estadios comunes por los que pasamos a lo largo del duelo?

- Etapas
- Duración
- Conductas
- Pérdidas según el vínculo
- Consejos
- Los niños y el duelo
Shock y Parálisis
Cuando sufrimos una pérdida inesperada, solemos paralizarnos sin poder movernos o hablar.
Negación y rechazo
Negar la realidad para poder seguir adelante es una reacción frecuente en muchas personas ante la pérdida.
Enojo
Muchas veces buscamos culpables con quien enojarnos (el otro, el médico,, Dios, la Justicia, la Vida).
Miedo
Con el duelo a veces aparecen miedos y mucha incertidumbre de lo que va a ser la vida sin esa persona.También podemos sentir que no vamos a ser capaces de superar nunca esa pérdida.
Tristeza
Esta etapa es la más difícil para todos: la tristeza es molesta. La mayoría de las veces no nos damos la oportunidad de hacer un duelo. Es la etapa en la que tomamos conciencia de que los hechos son definitivos e irreversibles.
Aceptación
Aceptar es una gran progresión, es casi la salida del duelo y ocurre cuando somos conscientes de lo que falta y podemos comenzar a vivir y hablar de eso.
Perdón
Cuando existe la necesidad de que perdonemos a alguien, se vuelve una etapa clave. Si hay rencor o resentimiento es imposible trascender el duelo y lograr paz.
Búsqueda de sentido
Es el momento en el que uno puede reconocer que la pérdida “fue por algo o sirvió para algo”. Es en este momento que la paz comienza a asomarse.
¿Cuánto dura normalmente este proceso?
El tiempo de duración del duelo depende de cada uno de nosotros y principalmente de la relación que teníamos con la persona fallecida. El primer año suele ser el más difícil, más que nada en las fechas especiales y en la medida que pasa el tiempo, uno va dando paso a los recuerdos menos dolorosos. Llegará un momento en el que lograremos establecer un equilibrio entre el ayer que se recuerda y el mañana que se construye.
¿Qué conductas solemos tener ante la pérdida?
Algunas de las conductas comunes en una persona que atravesó recientemente una pérdida son:
- Trastornos del sueño.
- Trastornos alimentarios.
- Distracciones, olvidos o falta de concentración.
- Aislamiento social.
- Sueños con el fallecido.
- Bloqueo de recuerdos vinculados al fallecido.
- Buscar y llamar a la persona en voz alta.
- Suspirar.
- Llorar.
- Visitar lugares o llevar con uno mismo objetos que nos hacen recordarlo.
- Atesorar objetos que pertenecían al fallecido.
Hermano/amigo
El sentimiento ante la pérdida de un hermano varía dependiendo de la edad de quien lo experimenta. En la mayoría de los casos, los padres solemos estar tan involucrados en nuestro duelo que no nos enfocamos en los más pequeños. Sin embargo, son ellos quienes pasan los momentos más difíciles buscando sus propias respuestas a preguntas que están por encima de su capacidad. Es particularmente importante que podamos establecer un vínculo emocional entre ellos y los hijos que quedan.
Hijo
Es una pérdida muy difícil que afecta todo nuestro equilibrio familiar, inclusive, la relación conyugal porque supone un vacío y la privación de los sueños que tenemos sobre el niño. Algunas cuestiones comunes
- Los padres que no estuvieron presentes suelen llenarse de un sentimiento de culpa
- Entre los padres es normal que se inicie una búsqueda de intimidad. Esto debe reconocerse como parte del proceso vital normal.
- No es extraño que, después de la pérdida, haya un tiempo en el que pasemos un poco por alto a los otros hijos.
- Es normal la rivalidad normal entre hermanos y el sentimiento de culpa por haber sobrevivido, ellos viven una especie de doble pérdida.
- Buscar otro niño puede ser funcional para los padres pero disfuncional para el hijo si lo tratamos como un sustituto.
Hijo adolescente
La pérdida de un joven suele generarnos la sensación de cruel injusticia. Inclusive, puede hacer que padres y hermanos dejen de luchar por alcanzar sus propias metas. También son comunes los síntomas depresivos en la familia.
Pérdida gestacional y perinatal
Refiere a la pérdida de un bebé durante el período de gestación o durante el parto. Cada miembro de la pareja va a atravesar este duelo de una manera distinta y demostrará sus sentimientos de formas diversas.
Cónyuge
La pérdida de la pareja, más aun si se trata de una pareja jove, interrumpe un proyecto de vida en común y suele ser muy traumática. . La muerte de uno de los cónyuges en la pareja joven suele ser muy traumática. Puede ser que con el paso del tiempo surjan necesidades que haga que la persona se abra a una nueva relación. Esto varía según la personalidad y la recuperación en el proceso de duelo.
Padres:
Perder un padre o una madre es un acontecimiento que sigue los lineamientos del ciclo vital. Sin embargo, es uno de los momentos más tristes de nuestra vida. En términos de duelo, es el más decisivo y muchas veces lo hacemos por adelantado al tener el conocimiento de que va a suceder pronto.
Matrimonios adultos
La pérdida de una pareja en edad avanzada suele hacer que el sobreviviente experimente una profunda sensación de soledad, y la conciencia súbita de la propia finitud.
¿Varía la forma de duelo según como haya sido la muerte?
Los duelos no solo varían según la relación que tengamos con la persona que perdimos, también están vinculadas a la manera de morir. Por ejemplo, la muerte por suicidio suele despertar sentimientos de culpa, por no haber hecho nada, o enojo, para con el fallecido o con uno mismo. Por otra parte, las muertes repentinas suelen generar una sensación de irrealidad que puede durar mucho tiempo. Otra sensación común es la culpa, por ejemplo, por haber dado lugar a esa situación. En el proceso de duelo por enfermedad si bien hay conciencia, muchas veces se alterna con la negación. Cuando se toma verdadera noción puede haber tiempo para adaptarse e imaginarse la vida sin él. Generalmente estas muertes previamente anunciadas provocan una tendencia a no alejarse de la persona. Otra reacción común es la sensación de alivio al concretarse la pérdida. La muerte por homicidio también suele ser una muerte de tipo traumática.
El duelo como decisión activa: Algunos consejos
El duelo es un camino complejo y difícil: afecta el bienestar, la salud y la vida en los niveles físico, psicológico y social. Si partimos de la idea de que es un proceso activo, hay ciertas tareas que podemos realizar para asimilar, superar y disminuir el impacto de una pérdida, ¿Cuáles son?
- Aceptar la realidad de la pérdida es evitar el bloqueo o la negación del impacto que tiene la muerte (un ejemplo de negación es deshacerse de todos los objetos de la persona).
- Trabajar las emociones y el dolor de la pérdida. El dolor que sentimos puede ser emocional y también corporal (se manifiesta por síntomas o conductas). Es necesario pasar por ambos para realizar el trabajo del duelo, ya que suprimirlo puede prolongar el curso del duelo . Algunas de las formas más comunes de negar los sentimientos son:
- Idealizar: solo recordamos las cosas agradables del fallecido.
- Evitamos cualquier cosa que lo recuerde.
- Viajes para encontrar un alivio en la distancia.
- Uso de drogas y alcohol.
- Adaptarse al nuevo medio en el que el ser querido está ausente: implica una adaptación externa que implica dar cuenta de cómo influye la pérdida en nuestra vida cotidiana. Adaptaciones internas: dar cuenta de cómo influye la muerte en la imagen que tenemos de nosotros mismos Y por último, adaptaciones espirituales que implican entender cómo influye la pérdida en las creencias, valores y supuestos sobre el mundo que nos rodea a la persona.
- Recolocar emocionalmente al ser querido y continuar viviendo: en esta etapa, el desafío está en encontrar un lugar para ese fallecido que nos permita seguir viviendo. El duelo acaba cuando ya no necesitamos reactivar el recuerdo con exagerada intensidad en su vida diaria.
¿Es importante compartir el dolor con los que tenemos cerca?
El duelo no es necesariamente un proceso individual. Si bien tiene un gran significado personal, compartir con otras personas los propios sentimientos e historias es de gran utilidad. Quienes confían a otros su experiencia presentan mejoras en su salud física y psicológica.
A veces es fundamental vernos a nosotros mismos como individuos que forman parte de un sistema de duelo, en lugar de como individuos aislados o familias diferenciadas que se ven afectadas por la pérdida.
El dolor no se puede transferir, pero se puede compartir. El apoyo social, emocional y material que se recibe, facilita las tareas a realizar en el proceso de duelo que termina con la aceptación de la nueva realidad y reconstrucción del sentido de vida que amplía la capacidad de establecer nuevos vínculos.
¿Cómo debemos acompañar a los niños que transitan un duelo?
- Tenemos que brindarles una cuidada atención y un acompañamiento que lo ayude a transitar primero y a superar después el duelo.
- No anularse para garantizar el sostén y evitar la desprotección o el abandono.
- El niño necesita saber la verdad. Es fundamental que los mantengamos al tanto de lo que sucede. Él también necesita decir adiós al ser querido enfermo.
- Es común que una parte del duelo no se cierre, el niño volverá a revivir la pérdida especialmente durante los acontecimientos significativos de la vida.
¿Cómo suelen manifestarlo?
Las manifestaciones pueden aparecer inmediatamente o después de un tiempo. Inclusive es normal que estén muy tristes un minuto y jugando al siguiente porque no pueden explorar de una manera racional todos sus pensamientos y sentimientos como lo hacemos los adultos. Generalmente tampoco expresan sus sentimientos con palabras.
Reacciones comunes:
- Conmoción y confusión
- Juegos violentos, pesadillas e irritabilidad.
- Enojo hacia otros familiares.
- Temor a perder otro familiar.
- Vuelta a etapas anteriores del desarrollo.
- Creerse culpables por cosas que han dicho, hecho o deseado.
- Insomnio, pérdida de apetito, miedo prolongado a estar solo.
- Falta de interés por cosas que antes los motivaban.
- Disminución en el rendimiento escolar.
- Deseo de irse con la persona fallecida.
Consejos para hablar con ellos:
- No mentir y contestar sus preguntas con sinceridad
- Usemos la palabra muerte sin miedo.
- No demos pie a falsas expectativas.
- No delegues la explicación en un tercero.
- Explicale cómo sucedió dependiendo de su edad.
- No busques ejemplos como el sueño ni tampoco plantees la muerte como un castigo.
- No escondas tu dolor si también estás pasando por un duelo.
- Dejalo hablar de esa pérdida y escuchalo.
- No tengas miedo de dejar que participe del velatorio, el funeral o el entierro pero explicale qué es lo que va a ver. Inclusive, puede ver el cadáver pero acompañado de un familiar y por poco tiempo.
- Mantenete física y emocionalmente cerca.
¿Qué sucede con un adolescente que transita el duelo?
- Tienen que hacer frente a esa muerte al mismo tiempo que a todos los cambios propios de su edad.
- No suelen compartir lo que les pasa y quieren mostrarse fuertes delante de padres o hermanos.
- Suelen sentir mucha rabia, miedo, impotencia.
- Pueden mostrar indiferencia aunque debemos evitar culpabilizarlos por su actitud.
- Los amigos normalmente no saben cómo ayudarlos, no dicen nada y el adolescente siente que no les interesa.
¿Cómo podemos ayudarlos?
- Mostrarles a partir de la expresión del propio dolor que no hay nada malo en estar tristes.
- Buscar ayuda profesional cuando se prolongan algunas actitudes como: Negación del dolor, depresión, insomnio, impaciencia, baja autoestima, indiferencia hacia las actividades extraescolares, deterioro de las relaciones familiares, conductas de riesgo: abuso del alcohol y otras drogas, peleas, entre otros.
¿Por qué sirven los rituales funerarios?

Los rituales nos ayudan a aclarar el caos emocional, nos enfrentan o permiten aceptar la realidad y compartir con otros la pérdida y el dolor.
Algunos elegimos los rituales compartidos para hacer de conocimiento público la realidad de la pérdida. También para poner en común los recuerdos e historias sobre el fallecido, al mismo tiempo que fortalecemos los vínculos entre los que están en duelo. Otros, optan por rituales más personales como hablar con la persona desaparecida en un diario personal.